26 de noviembre de 2024

Al Vuelo/ Por Pegaso

Perra suerte la de Reynosa

Mi ciudad adoptiva –yo nací en la Ciudad de México- no ha podido despegar, aún cuando es la de mayor pujanza económica, por los conflictos políticos que siempre la han marcado.

Desde Pepe Cruz Contreras, que mandó construir los pasos a desnivel y salió más chamuscado que su propio rostro (le decían El Negro Contreras), luego ocurrió aquel lamentable accidente, que más bien fue algo planeado, donde perdió la vida el recordado profesor Baltazar Díaz Bazán, candidato de la oposición a la Presidencia Municipal.

Vino después la Junta de Administración Civil, con Ernesto Gómez Lira.

Una Junta de Administración Civil es nombrada por el Congreso del Estado al no existir las condiciones para una elección democrática.

El trienio de Efraín Martínez Rendón pasó sin pena ni gloria, pero en el de Miguel Valdés Revilla se soltaron todos los diablos.

No recuerdo muy bien cuándo ocurrió el tema de los estudiantes en contra del cobro excesivo de los camiones urbanos de Cruz Contreras, donde incluso hubo quema de unidades, pero después de eso estalló el conflicto de las “peseras”, donde dos caciques se disputaban el control del transporte colectivo y propiamente, de Reynosa.

Valdez Revilla no salió bien parado de su gobierno, pero aún se le ve en el café Astromundo, departiendo con otros notarios locales.

Siguió pues, Ramón Pérez García, el primer Alcalde de la oposición en Reynosa. Durante toda su gestión tuvo que soportar los ataques de los priístas y el bloqueo de programas y proyectos por parte del Gobierno del Estado.

Con Oscar Luebbert, Rigoberto Garza Cantú, Francisco García Cabeza de Vaca, José Elías Leal, Everardo Villarreal Salinas y Maki Ortiz, siempre hubo un factor en contra: No había una alineación de los tres órdenes de Gobierno.

Quiero resaltar que desde hace muchos años los detractores de los gobiernos municipales han hallado una mina de oro para demeritar el trabajo de las administraciones salientes.

Nomás llega el último año, y como por arte de magia se multiplican los baches y las fugas de aguas negras.

Yo recuerdo que a Pepe Elías le decían “Pepe Baches”, a Everardo Villarreal “Everardo Baches” y así, a todos ellos siempre se les atacó en su último año de gestiones por esos dos temas, aunque, en la realidad el problema de los baches y de los derrames siempre ha sido el mismo por lo viejo de las calles y tuberías.

El no estar alineados los tres órdenes de gobierno, (y por alineados me refiero a que el Presidente Municipal, el Gobernador y el Presidente de la República son del mismo partido) es causa de que a Reynosa no se le asigne el presupuesto que debe tener por ser la ciudad más grande y pujante de Tamaulipas.

Créanlo o no, la ciudad de Nuevo Laredo, demográficamente más pequeña, tiene casi el triple de presupuesto, y las ciudades de Matamoros, Tampico y Victoria cuentan con más recursos para obra pública (Ciudad Victoria cuenta además, con un fondo de capitalidad).

Parecía, pues, que en el primer trienio de Carlos Peña Ortiz las cosas se iban a arreglar porque sí había una alineación y los tres niveles estaban gobernados por MORENA pero, ¿qué creen? ¡Pues nada! Que los problemas siguen como en los viejos tiempos. Como si Reynosa cargara con una terrible maldición.

No quiero abundar en el tema. Solo quiero resaltar el triste destino de una ciudad que hace apenas unas décadas se pensaba como la futura metrópoli de Tamaulipas.

Con esta reflexión los dejo. Ahora viene el refrán estilo Pegaso que dice así: “Es imposible mantener cubierto al astro solar con uno de los apéndices articulados dactilares”. (No se puede tapar el sol con un dedo).