25 de noviembre de 2024

La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Los desestabilizadores de Nuevo Laredo

(6-Agosto-2024).- Nuevo Laredo, Tamaulipas, es ahora el centro de la tenebra y la conspiración nacional. El PAN y su candidata a la alcaldía, Yahleel Abdala Carmona –quienes perdieron en una contienda cerrada y con irregularidades menores–, insisten en desconocer los resultados que mandató la voluntad popular, para hacer presidenta municipal a la morenista, Carmen Lilia Cantú Rosas.

En el centro de la conjura están, el líder nacional de los azules, Marko Cortés, el ex gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, la candidata presidencial perdedora, Xóchitl Gálvez, el propietario de los OXXOs, José Antonio Fernández Carbajal –a quien se le conoce como el Diablo– y por supuesto: Yahleel.

La intriga intentaba utilizar esa ciudad y puerto fronterizo, como plan piloto para provocar una incendiaria ingobernabilidad en la frontera tamaulipeca; posteriormente, –de haberles rendido frutos–, pensaban trasplantarla en otras entidades del país.

La idea: presionar en su tramo final al presidente, Andrés Manuel López Obrador y de carambola, medir la capacidad de maniobra ante situaciones sociales críticas, de la presidente electa, Claudia Sheinbaum Pardo.

Los resortes de la IV T, se movieron y enfriaron la maniobra con los instrumentos de la política.

La delirante diablura del Diablo consistió en utilizar a sus empleados para levantar firmas de ciudadanos, con una petición central: pedir a las autoridades electorales, ¡la anulación de las elecciones municipales en Nuevo Laredo!.

Por principio, los trabajadores se negaron.

Luego, cuando volvieron a la realidad los provocadores, se dieron cuenta: esa engañifa no era un instrumento válido para echar abajo unos comicios.

La autoridad electoral, con un sencillo cuestionario, puede recabar esa información de viva voz entre los explotados empleados de Fernández Carbajal.

(Para entender el odio del satánico sujeto, vale decir, que sus establecimientos pagaban antes de la llegada de la IV T y de AMLO, una baba de perico a la Comisión Federal de Electricidad. “Pagaban menos por ese servicio, que un estanquillo”, decía el presidente. Al mismo tiempo disfrutaban canonjías del SAT neoliberal, que le perdonaba miles de millones de pesos de impuestos anualmente. ¿Explican esos detallitos, el odio jarocho contra López Obrador profesado por el Mefistófeles de huarache?).

Marko Cortés y Cabeza de Vaca, se embarcaron en esa fallida aventura ante la inminente pérdida de esa fuente de financiamiento que ya se saboreaban: casi 4 mil millones de pesos al año, es el presupuesto del Ayuntamiento nuevolaredense.

Se presume que Doña Gelatinas, se sumó a los desestabilizadores en Tamaulipas, sólo por el gusto de mancharle el triunfo a Sheinbaum.

El primer sofocón de esa aviesa estrategia fue la resistencia de los trabajadores y concesionarios de las tiendas quienes rechazaron meterse en política y sumarse a una causa evidentemente perdida.

No funcionó, ni para el PAN, ni para Cabeza de Vaca, ni para Marko, ni para el Diablo, y menos para Yahleel.

Se alegraron cuando el primer día del paro de los establecimientos, se generó ingobernabilidad e incertidumbre sociales en la ciudad. Se entristecieron, cuando la base social de los panistas, rechazó sumarse al insano plan.

La sabiduría popular, es muy aleccionadora:

–Diablo viejo, no aprende maroma nueva.