Lesa
Lo que ocurrió con los normalistas de Ayotzinapa no es solo un crimen de Estado. También se puede catalogar como parte de algo mucho más grande. Como parte de un crimen de Lesa Humanidad que ocurría con Calderón, seguía con Peña Nieto y continúa hoy en día con López Obrador.
Crimen de Lesa Humanidad o Crímenes contra la Humanidad, como lo define el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional es “cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil y con conocimiento de dicho ataque:
-Asesinato.
-Exterminio.
-Esclavitud.
-Deportación o traslado forzoso de población.
-Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional.
-Tortura.
-Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable.
-Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, etc.
-Desaparición forzada de personas.
-Apartheid.
-Otros actos de carácter similar.
Quiero que piensen mis dos o tres lectores, ¿cuántas de esos delitos han ocurrido u ocurren en México con conocimiento de las autoridades de los tres niveles de gobierno? ¿Y qué han hecho para evitarlos?
Yo creía que solo el apartheid no se practicaba en México, pero es cuestión de darse una vueltecita por San Pedro Garza García, Nuevo León, para que vean cómo los ricachones se mantienen lejecitos del infeliciaje.
Si tú eres un pobretón y quieres entrar a Galerías o a algún sitio muy nice, hasta el más triste gato te va a hacer el fuchi.
La detención de Jesús Murillo Káram, ex procurador general de justicia es solo la punta del iceberg, y si se escarba un poquitín más, va a salir toda la pus.
Ver que el actual gobierno solapa y apapacha a los malos es una prueba palpable y contundente de crimen de Lesa Humanidad, tal cual.
Las desapariciones forzadas siguen ocurriendo. Desaparece gente sin que se sepa nada de ellos y el Gobierno tiene conocimiento.
Tamaulipas, especialmente, se ha caracterizado por ignorar el tema de las desapariciones forzadas. Los policías, conocidos popularmente como “polinegros”, son parte del problema, porque se han constituido en un cártel. Ha quedado demostrado en muchas ocasiones. E instituciones como la Marina y el propio Ejército Mexicano no cantan mal las rancheras.
Entonces, tendríamos que llevar a una corte internacional a Calderón, a Peña Nieto y al mismísimo Pejidente ALMO por crímenes de Lesa Humanidad.
Ahora sí que, como dice el dicho estilo Pegaso: “¿Qué individuo colocará la campanilla al félido?” (¿Quién le pondrá el cascabel al gato?)
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