Por Oscar Díaz Salazar
Fueron quince camiones de línea, -tal vez uno o dos más-, los que arribaron este domingo por la tarde a la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, por la carretera que conecta con la capital del Estado.
Los modernos autobuses de la empresa Transportes del Norte mostraban, en la pizarra electrónica en la que normalmente se exhibe el origen y destino del viaje, el nombre de una empresa maquiladora que tiene fuerte presencia en Reynosa.
En la caravana de autobuses de color celeste, resaltaba la presencia de un autobús blanco, rotulado con los logotipos y razón social de la maquiladora, por lo que fue fácil deducir que se trataba de un contingente de viajeros ligados a la compañía trasnacional.
Asumo, sin tener elementos para afirmar con certeza, que los camiones partieron de alguna ciudad veracruzana, a la que acudieron los representantes de la empresa para reclutar trabajadores que, muy probablemente, mañana mismo inicien sus actividades laborales.
Para los propósitos de este texto, no es necesaria la confirmación de la información, sobre el origen, el destino y los motivos de esos viajeros, pues si en esta ocasión no se tratara de trabajadores veracruzanos, en muchas otras oportunidades si ha ocurrido.
A partir de este día, la población de Reynosa se incrementa, de golpe y porrazo, con 600 personas, número que arroja la multiplicación de cuarenta pasajeros de cada camión, por los quince camiones.
Es previsible que en las próximas semanas, esos seis cientos nuevos habitantes de Reynosa, se conviertan en dos mil cuatrocientos, si consideramos que en la primera oportunidad se traerán a su pareja y dos hijos, que en promedio Integra una familia típica.
La maquiladora consigue la mano de obra que necesita, y a la par nuestra ciudad crece, y nos han dicho que eso es bueno, pero: ¿Bueno para que? ¿Bueno para quien?
La maquiladora marcha viento en popa, sus proyectos de expansión se están logrando, su producción crece, sus negocios florecen y todo esto nos lleva a afirmar que esto es bueno para la maquila.
Seiscientas personas, que tradicionalmente se reclutan en Veracruz, ahora tienen trabajo, estrenan chamba, son útiles y productivos y tienen la oportunidad de ayudar al sostenimiento familiar. Y eso es bueno para los trabajadores y sus familias.
La maquila de Reynosa le está resolviendo el problema de la falta de trabajo, a las familias de Veracruz.
Pero ese crecimiento poblacional implica que la cobija de los servicios públicos se debe estirar más para los que vivimos en Reynosa.
Los nuevos reynosenses, a quienes les expreso mi respeto y les extiendo mi saludo de bienvenida, demandan, agua, drenaje, energía eléctrica, atención médica, calles pavimentadas, espacios en la escuela, vivienda, transporte público, áreas verdes, alumbrado, banquetas, seguridad social, etc., etc.
No me queda claro si el crecimiento poblacional impulsado por la industria maquiladora es bueno para los que aquí estamos, para los reynosenses. Opino que las autoridades municipales y estatales deben hacer el análisis y la reflexión sobre la conveniencia de seguir creciendo al ritmo y necesidades de la industria maquiladora.
Tal vez sea tiempo de encarecer o des incentivar el crecimiento de maquiladoras, que resuelven los problemas de desempleo, de otras regiones y municipios, y que favorecen la economía de los paises donde residen los propietarios de las plantas.
Pueden parecer egoístas de mi parte las ideas de este escrito. Aceptó la culpa de estar pensando en mejorar las condiciones de vida de mis conciudadanos, de los reynosenses, de estar preocupado por los que aquí vivimos y por pensar que muy poco beneficia a los reynosenses, la expansión de las maquiladoras y la llegada masiva de trabajadores.
Espero que este escrito provoque el debate, que ya resulta urgente y necesario, pues en estos momentos, la calidad de vida de los reynosenses es inversamente proporcional a su crecimiento económico.
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