Chabela II
Ahora que la reina Chabela chupó faros, no sé si mis dos o tres lectores se dieron cuenta de un fenómeno muy curioso que invadió la mayor parte de los medios de comunicación, principalmente en las áreas de noticias y chismes.
La vieja vendía. Es decir, era una figura de nivel mundial. Fue la mujer más fotografiada de la historia y la que más polémica creó a su alrededor.
La gente siempre ha querido saber más de la nobleza, porque muy en el fondo, todos queremos ser como ellos: Vivir la gran vida, el jet set, el glamour y la riqueza sin trabajar.
Hay un meme que se hizo viral después de que dio el cuartazo: Se ve un bebé recién nacido con cara de fuchi. El texto dice: “La Reina Isabel II, después de reencarnar en un niño pobre y saber que va a tener que trabajar toda su vida”.
Las televisoras y revistas del corazón están haciendo su agosto.
Y mientras miles de millones de plebeyos están apendejados conociendo la historia y los vericuetos de la realeza inglesa, Televisa, Tele Azteca y todas las demás empresas de televisión del mundo, se llenan los bolsillos de billetes, porque la publicidad trabaja al mil.
Claro que sí, porque los programas sobre la reina se transmiten en horarios estelares y el segundo de anuncio cuesta desde cientos de miles hasta millones de pesos.
Entonces, los perfumes, los automóviles y todos los productos de lujo que se anuncian durante esos programas, deben venderse como pan caliente.
Pero no solo el aspecto de la dolche vita de la monarquía se ha ventilado luego que Chabela colgó los tenis.
En Internet revivieron aquella versión absurda y hasta infantil de que la reina era una reptiliana, una especie de raza alienígena que vive entre nosotros, tomando el aspecto humano pero que, en ocasiones, las cámaras de televisión captan gestos, miradas y hasta características que los delatan.
Isabel II era también la reina, pero de ese tipo de noticias conspiranoicas.
Basta escribir en Google las palabras “Reina Isabel reptiliana” para que el buscador nos lleve a cientos o miles de direcciones en que describen los poderes sobrenaturales de la familia real, asesinatos y toda una serie de estupideces que solo los simples llegan a creer:
-La reina mandó matar a Lady Di. Las malas lenguas dicen que la princesa fue asesinada para tapar un escándalo en que estaba envuelta la corona británica.
-La familia real obtiene poderes especiales cuando hay superlunas. Esto se basa en que el cumpleaños 68 del príncipe Carlos cayó el mismo día en que hubo superluna.
-El príncipe Carlos es un vampiro. Se dice que hay un parentesco entre el ahora rey Carlos y Vlad Tepes, quien fue la inspiración de Bram Stoker para escribir la novela “Drácula”.
-La familia real pertenece al Grupo Bilderberg, una sociedad secreta que se reúne cada año para definir el futuro del mundo.
-La reina era reptiliana. Todo empezó cuando en 1993, el teórico de la conspiración, David Icke publicó el libro “El Secreto más grande”.
En este último punto, me llama mucho la atención de que, siendo la mujer más fotografiada de la historia, en algunas de esas fotos tenía que salir con características extrañas.
Por ejemplo, se le veían los ojillos rasgados, con las pupilas como de gato y los dientes aserrados, pero eso eran más efectos del ángulo y la luz que pruebas de su esencia reptiliana.
Ya no quiero seguir hablando de reyes, príncipes, princesas, infantes, condes, vizcondes, duques, marqueses y varones, porque todos ellos son herederos de un pasado infame que espero que nuncamente se vuelva a repetir.
Mejor nos quedamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de don Pedro Ferriz: “Una civilización nos mantiene vigilados”. (Un mundo nos vigila).
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