28 de noviembre de 2024

El tercero en discordia

Por Oscar Díaz Salazar

A mediados de los años ochenta, eran dos los personajes preponderantes en la vida política de Reynosa: Heriberto Deandar, propietario del medio de comunicación «dominante» en la región y Reynaldo Garza, dirigente de la CTM (Confederación de Trabajadores de México).

Desde luego que había otros actores políticos, como el Secretario General de la Sección 36 del Sindicato Petrolero, Ernesto Gómez Lira, José Cruz Contreras, el superintendente de PEMEX, Ramiro Garza Cantú, pero los hombres de ese momento eran los citados dueños de periódicos Heriberto Deandar (El Mañana) y Reynaldo Garza (Prensa de Reynosa).

Un testigo de primera línea me platicó como fue que la candidatura del PRI a la presidencia municipal de Reynosa, se le concedió a un tercero en discordia, resultado del veto que Reynaldo y Beto Deandar, aplicaron a sus respectivos candidatos.

Desde la capital del Estado y por vía telefónica, emisarios de la dirigencia nacional del partidazo, en coordinación con los dirigentes estatales y la gente del gobernador, realizaron las últimas consultas previas al destape del candidato del PRI a la presidencia municipal de Reynosa.

Beto Deandar quería que su cuñado, Tomas Robinson, fuera el abanderado del partido en la contienda presidencial. Reynaldo Garza quería que el candidato fuera su pariente Rodolfo Garza.

Con mucho colmillo, y ya con la mira puesta en hacer candidato a Miguel Valdez Revilla, diputado y presidente del Congreso del Estado en ese momento, el encargado de las negociaciones se comunicó con Beto Deandar, para decirle que solo quedaban dos opciones: la de Reynaldo, – Rodolfo Garza – o Miguel Valdéz. Obvio que la elección fue para Valdéz Revilla, un personaje que no tenía partido en la disputa que en varios frentes sostenían los editores.

Llamada similar recibió Reynaldo Garza, para que optará entre el aliado de su rival (Tomas Robinson) o el ya citado tercero en discordia Miguel Valdés Revilla. La historia nos dice que la respuesta de Reynaldo Garza favoreció al presidente municipal de Reynosa en el periodo de 1984 a 1986, Miguel Valdéz Revilla.

La historia tiene particular interés conocerla hoy, o recordarla (a los que ya la sabían), en vísperas de saber los nombres de los agraciados con una candidatura para los múltiples cargos de elección popular que se van a disputar el próximo año.

Es bueno que lo conozcan y lo reflexionen esos actores políticos que hoy se empeñan en rechazar (vetar) a aspirantes que no son de su agrado o simpatía. Que sepan que tal vez tengan la capacidad de imponer su veto, pero no su voto, y que el ganón con la candidatura puede resultar alguien que no correteó la liebre, que gozará de los frutos de la cosecha sin haber trabajado la tierra.