Por Oscar Díaz Salazar
Aunque me parece antipática (me cae gordo) la candidata del prianrd, -pero sin partido-, Xochitl Gálvez, debo reconocer que hizo la tarea y encontró la fórmula para desestimar, minimizar y neutralizar a uno de los programas más exitosos y rentables políticamente del actual gobierno, como indudablemente lo es el programa de apoyos a la población de edad avanzada.
Repite hasta el hartazgo la vendedora de gelatinas, que en su (hipotético) gobierno, se van a mantener los programas sociales, particularmente el programa de subsidios o entrega de dinero a los adultos mayores. Agrega que el programa es bueno, pero que lamentablemente el recurso que reciben los ancianos, lo utilizan en comprar medicamentos y pagar consultas médicas, que les son negadas en las instituciones de salud publicas, que están en condiciones desastrosas.
El argumento pega, duele, es efectivo y hace daño, porque es cierto. Las instituciones de salud publicas, lo mismo el ISSSTE, el IMSS, los hospitales y clínicas de PEMEX y las de la Secretaria de Salud estatal y federal, están en pésimas condiciones, sus instalaciones vetustas ya no funcionan debidamente, los equipos son chatarra y la falta de medicamentos es una constante. El ausentismo es mayúsculo entre el personal médico, de apoyo y administrativo y las jornadas de los doctores multichambas se limitan en ocasiones a pasar revista a los enfermos entre 6:30 y 7:00 AM, para regresar hasta el siguiente día.
La situación de crisis de los hospitales y clínicas públicas no es de ahora, no es de este sexenio. El deterioro se ha acumulado por varios años. Pero el responsable del gobierno en este tiempo se llama Andrés Manuel López Obrador y el presidente fue postulado por una coalición que integraron Morena, Partido del Trabajo y el ya desaparecido Partido Encuentro Social, de ahí que sea a estos partidos, y a sus cuadros directivos, a quienes se les endose el estado de la medicina social.
Agrego que en ese lamentable estado de la medicina social que hay en nuestro país, hay hospitales y ciudades que están peores, y lo digo pensando en Reynosa, la ciudad que más afiliados tiene en el IMSS, que más impuestos aporta a la tesorería del Estado, y que sin ser una ciudad burocrática, tiene una población abundante de servidores públicos, de esos que están en la primera línea de batalla, maestros, médicos, empleados de Economía, Hacienda, Migración, etc.
Para muestra del grave deterioro que tenemos en la medicina social en Reynosa, les comento que en la última semana del año 2023, los médicos de un hospital público dejaron de asistir a laborar, porque así lo quisieron, porque pueden y porque no sufren represalias por esa conducta. Varios pacientes que llegaron enfermos, graves y que ingresaron al hospital, murieron sin que los hubieran diagnosticado, tratado o medicado. Murieron sin saber, los difuntos, ni los familiares ni los médicos, si la enfermedad o dolencia que tenían, era curable, era terminal o ameritaba una intervención quirúrgica. Murieron por abandono.
Murieron por descuido. Murieron por corrupción.
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