(15-Noviembre-2022)
Por Pegaso
Durante la rueda de prensa que se realizó ayer, poco antes de mediodía, ni el Gobernador, ni el Secretario de Seguridad, ni los periodistas mencionaron al Innombrable.
Fue el gran ausente durante los tres días que duró la visita de trabajo de Américo Villarreal a Reynosa.
Hubo una reunión con todos los alcaldes de la frontera, con la totalidad del Gabinete estatal, luego con la Mesa de Seguridad pública y todas las corporaciones habidas y por haber, y finalmente, con la prensa regional e internacional.
Alguien preguntó por ahí sobre el avance de los expedientes de investigación sobre presuntos actos de corrupción del anterior sexenio, pero no hubo ni siquiera una alusión al hoy prófugo ex gobernador tamaulipeco.
Yo estaba esperando que alguien pusiera el dedo en la llaga.
Que preguntaran por ejemplo: “Oiga, señor gobernador don Américo, ¿y qué pasó con El Innombrable? ¿Se le sigue alguna causa penal? ¿Se le llamará a cuentas para que explique dónde quedó la lana no justificada? ¿Cómo fue que logró adquirir doce ranchitos, si su sueldo era de apenas 183,120 pesos mensuales, es decir, 2 millones, 197,440 pesos al año y 13 millones, 184,640 en todo el sexenio? No creo que le haya alcanzado, aún si no se hubiera echado un solo taco durante todo su gobierno, para comprar siquiera una hectárea.
Pero no. El Innombrable permaneció así: Innombrable.
A la fecha, se mantiene vigente la alerta migratoria, y nomás con que ponga un pie en territorio mexicano, la Fiscalía General de la República le va a caer como a Juan Charrasqueado, de a montón, porque hay mucho que tendrá que explicar ante la justicia mexicana.
En la rueda de prensa se dijo que no habría impunidad y se aplicará una política de cero tolerancia.
A menos que se esté hablando que su aplicación no será retroactiva, sino de aquí en adelante, no me explico por qué ni siquiera se hizo la más mínima referencia al tipo que dejó las finanzas estatales en quiebra técnica, convirtió a Tamaulipas en un feudo personal y creó su propio cártel.
Recién vi una columna política de un diario nacional donde da a entender que El Innombrable habría logrado una especie de acuerdo para dejar el Gobierno del Estado sin ningún tipo de problema, todo porque se asegura que siempre tuvo en su poder ciertos videos comprometedores de familiares y colaboradores cercanos del Pejidente ALMO recibiendo lana de procedencia ilegal.
No me lo crean, pero dicen que El Innombrable anda muy quitado de la pena en Dallas, Texas, y de repente se da sus vueltecitas a McAllen para reunirse con sus cómplices.
La pregunta que surge es: ¿De verdad se garantizó la impunidad para El Innombrable?¿Qué no hay suficiente evidencia que lo hunda, como en su momento pasó con La Tomasa y luego con El Geño?
Creí que por lo menos alguno de los periodistas a los que quedó debiendo mucho dinero lo mencionaría, pero me quedé esperando.
Se terminó la conferencia de prensa, las autoridades se retiraron y todo mundo retornó a sus labores habituales.
Quiero terminar esta colaboración recordando que apenas hace unas dos o tres semanas se comentaba que El innombrable participaría en la elección para Senador de la República, pero ahora están manejando al Cacharro Cantú, Presidente del Comité Estatal de su partido, el PUN.
Es decir, que reculó, porque se dio cuenta que está impedido para participar.
De todos modos, no tenía oportunidad, porque están muy reciente en la memoria de los tamaulipecos todas las raterías y mafufadas cometidas durante su sexenio, uno de los más funestos de la historia reciente de Tamaulipas.
Concluyo este opúsculo con el aforismo de elaboración propia de equino alado: “Melancólica tu cavidad craneana”. (Triste tu calavera).
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