Ideologías
Tiene razón el Alcalde de Reynosa Carlos Peña Ortiz cuando analiza el tema de las ideologías políticas: Si nos vamos a la plaza Hidalgo y le preguntamos a la gente si se considera de izquierda o de derecha, la mayor parte no va a saber contestar, porque conceptualmente no lo tienen bien definido.
Pero si les preguntamos: “¿Y qué? ¿A usted le gustaría que hubiera educación y salud gratuitos universales?” La mayoría respondería que sí, lo que representa una orientación hacia la izquierda.
Y si por el contrario, responden que prefieren que el Estado tenga menos control sobre ese y otros rubros importantes de la vida social y privada, entonces tendrán una ideología de derecha.
Carlos, que es demasiado joven, 28 años, creo que el segundo Presidente Municipal más joven del País, se reveló como todo un erudito en materia de Administración Pública y Política Social, y hoy por hoy es uno de los alcaldes académicamente más preparados, inclusive, más que algunos gobernadores que se la dan de muy sacalepuntas.
Los reporteros que fuimos invitados a esta primera reunión de acercamiento (habrá más con otros grupos reducidos de picateclas, por aquello del COVID), quisimos seguirle la idea, pero algunos trastabillamos cuando nos preguntó qué era la derecha y qué era la izquierda.
Y como a mí no me gusta quedarme con la duda, quiero presentar aquí una definición académica de las ideologías predominantes en el mundo moderno, tal como lo expresa el profesor israelí Yuval Noah Harari en su libro “De animales a dioses”:
Según el autor, el Humanismo se divide en tres grandes ramas, que son: El Humanismo Liberal o Capitalismo, el Humanismo Social o Socialismo y el Huanismo Evolutivo, también conocido como Fascismo o Nazismo. Todos ellos tienen en común la creencia de que el Ser Humano es lo más importante, pero difieren en la forma en que consideran la mejor manera de lograr su felicidad.
Noah Harari identifica el Capitalismo con la ideología conocida como Humanismo Liberal, que cree que “la naturaleza sagrada de la Humanidad reside en todos y cada uno de los Homo sapiens individuales”, siendo el origen de toda autoridad ética y política.
En contraposición, el Humanismo Social o Socialismo cree que la Humanidad es colectiva y no individualista y así, mientras el Humanismo Liberal busca la mayor libertad posible para los individuos, el Humanismo Social busca la igualdad para todos los seres humanos.
Por último, el Fascismo o Nazismo se identifica con la ideología conocida como Humanismo Evolutivo. Esta doctrina sugiere que el Hombre puede evolucionar a superhombre o degenerar en subhumanos.
Por ese motivo, durante la Alemania Nazi y aún hoy en día, entre los grupos de supremacistas blancos se asegura que la raza aria es superior a las demás, por lo tanto, no deben mezclarse con razas inferiores.
Por el contrario, se deben exterminar, como es el caso de judíos, negros y latinos.
México, desde que se constituyó en República, en una democracia, se ha mantenido más bien en un centro moderado.
Echeverría, López Portillo y Salinas de Gortari, mantuvieron programas sociales de izquierda, identificados con el Humanismo Social, pero de pronto llegaron gobiernos del PAN y hubo un pequeño deslizamiento a la derecha, hacia el Humanismo Liberal.
Lo que no estoy muy seguro es cuál es la orientación actual de México, porque de repente vamos hacia la izquierda, de pronto hacia la derecha y luego hacia en medio, como el burrito: Un paso pa’ delante y dos pasos para atrás.
Mientras no trate de imponer el pejidente una ideología de corte Humanista Evolutivo, es decir, nazista o fascista, donde diga que todos los tabasqueños son superiores al resto de los mexicanos, todo está bien.
Por lo pronto, nos vamos con el refrán estilo Pegaso: “¿A dónde vas, que más valgas?”(¿A qué sitio o lugar te diriges, que adquieras plusvalía?)
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