27 de noviembre de 2024

AL VUELO/ Por Pegaso

RIP 

Vergonzoso papel que está haciendo el PRI.

Primero, se volvió comparsa del PAN para contrarrestar la fuerza política de MORENA y después, cuando sus intereses cambiaron, coqueteó con MORENA y dio la espalda al PAN.

Pero vamos. En realidad, no es el PRI, sino su dirigente nacional, “Alito” Moreno el que anda como pollo descabezado, sin rumbo fijo ni dirección,-como decía Chente Fernández en su canción “Paloma Errante”.

“Alito” ha estado en el ojo del huracán desde ya hace algunos años. Recordamos que, en cierto momento, le sacaron unas grabaciones de audio donde decía a alguien que a los periodistas no se les mata a balazos, sino de hambre. Y yo me atreví a vaticinar que ese sería el principio de su caída.

El PRI, como institución, ya no pinta en el escenario político nacional. Es un cadáver. De ser la primera fuerza política, el PAN lo desbancó en el 2000 cuando ganó la Presidencia de la República el botudo Chente Fox y su minimí, perdón… su Martita.

Pero antes, mucho antes, cuando era el todo poderoso Partido Revolucionario Institucional, no había nadie que se le opusiera.

Llegabas tú a la casilla y había un sujeto sombrerudo y empistolado que te decía: “Tacha la banderita”.

La tradición del “tapado”, es decir, el aspirante preferido del presidente en turno, del que todo mundo sabía quién era, pero al mismo tiempo nadie sabía, fue fruto del PRI.

Durante más de ochenta años, México era el PRI y el PRI era México.

Pero todo empezó a desmoronarse durante el período de Carlos Salinas De Gortari. Los excesos se fueron acumulando uno tras otro, y fueron madurando durante el sexenio del gris Ernesto Zepillo hasta estallar en la elección de 1999, cuando se vino el “efecto Fox” y el PAN le arrebató el poder.

En el 2018, tras el triunfo de MORENA, el PAN se fue al segundo lugar y el PRI cayó al tercero, apenas por arribita del Movimiento Ciudadano.

En el 2024, segurito, segurito, seguirá cayendo en picada libre, y solo el PRD lo salvaría de quedarse hasta la cola.

Por eso pienso que el PRI debería cambiar sus siglas para convertirse en RIP.

Este día de muertos sugeriré que se haga un altar en memoria del antes todopoderoso Partido Robolucionario Institucional.

Estaría bien elaborar una calaverita con las características de “Alito” Moreno, adornándola con su pan de muerto, su caña, su piloncillo y sus flores de zempazúcchil.

El PRI está tan muerto, que ya su cadáver apesta. O eso es lo que todos creemos.

Yo lo comparo con una víbora de cascabel: Cambia su piel y el cascarón seco se queda entre los guijarros, mientras que la sierpe sigue adelante, vivita y coleando, haciendo sonar su cascabel.

La nueva serpiente se quitó la piel tricolor y adoptó la guinda. No es una nueva, es la misma, solo que vestida de otro color.

Si algo le reconozco al PRI, es su gran capacidad de simulación, de hacernos creer que ya murió. Pero lo cierto es que está agazapado en el interior de MORENA, esperando surgir con mayor fuerza cuando el viejito canoso deje el poder.

Hay una avispa que gusta cazar tarántulas. Les inyecta un veneno paralizante, y ya cuando están indefensas, les introduce una larva en el abdomen y luego la lleva a su madriguera. Con el paso de los días, la larva crece y se va alimentando de los órganos de la tarántula, que aún está viva y consciente de lo que le sucede.

Finalmente, la larva sale como adulto y la tarántula queda muerta, hueca por dentro.

Así le va a pasar a MORENA. No se ha dado cuenta que el PRI ya puso sus huevos en su interior.

Ahora viene el refrán estilo Pegaso: “A pesar de que la primate se atavíe de tisú, primate permanece”. (Aunque la mona se vista de seda, mona se queda).