Cash
Una humilde mujer indígena le ofreció al ex presidente Ernesto Zedillo, en cierta ocasión, un artículo que vendía en la vía pública, y el ex mandatario le contestó: “No traigo cash”.
La palabra en inglés “cash” se usa para referirse al cambio, a la morralla.
La frase de Zedillo pasó a la historia precisamente por el contexto en que se dio: Por un lado, una persona que vive en extrema pobreza, muy ajena a la vida de riquezas y dispendios de los altos funcionarios del País que, como el ex presidente, egresó de prestigiosas instituciones educativas y solo sabe hablar en términos de economía.
Hubiera quedado pronto en el olvido si Zedillo, en lugar de decirle: “No traigo cash”, se hubiera dirigido a ella con las siguientes palabras: “Discúlpeme, honorable dama autóctona; carezco de moneda fraccionaria para adquirir su sencilla mercadería”.
¡Ahhhh! ¿Verdad? No es lo mismo que lo mesmo.
Más de 22 años después, la palabreja vuelve a cobrar actualidad.
Ahora se ha utilizado para descobijar algunos oscuros secretos de nuestro Pejidente ALMO, a quien la autora de un libro que ya se convirtió en Best Seller bautizó como “El Rey del Cash”.
Hasta donde he leído, la autora, Elena Chávez, fue pareja de César Yáñez, uno de los hombres de mayor confianza del Pejidente y de alguna manera, se benefició de esa relación.
De ahí que, a pesar de lo que diga, carece de calidad moral para encuerar al tabasqueño.
Pero ahí están los hechos. Se narran en primera persona y revelan los entresijos del poder detrás de la figura mesiánica de ALMO.
Éste dijo que no le afecta en nada, que tiene una protección que es la honestidad y que han hecho muchos libros de supuestos actos de corrupción, pero que le hacen lo que el viento a Juárez.
Me quedo con estas primeras impresiones: Me da güeva leer un libro que ni siquiera está escrito con un buen estilo. Simplemente expone hechos. Hechos que se ponen al escrutinio público para que cada quien piense lo que le dé la gana.
Lo que sí sé es lo que desde hace varios años siempre he dicho del “cabecita de algodón” en este modesto espacio: Es un líder carismático que tiene idiotizada a la gente pobre con frases como aquella que dice: “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, o “Primero los pobres”.
Eso le encanta a la raza, a la plebe.
Hasta ahora, sin embargo, en sus cuatro años de gobierno solo han sido pleitos, división social, ataques a la prensa y a todos los que no estén de acuerdo con lo que hace y dice,
Hay algunas obras faraónicas que aún no están terminadas, pese a que se utilizan carretadas de dinero procedente de nuestros impuestos, como el AIFA (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles), al que muchas compañías aéreas le hacen el fuchi, el Tren Maya, que para construirlo tuvieron que arrasar con grandes extensiones de selva virgen y ruinas arqueológicas, algunas refinerías que se quedaron a medias y párele de contar.
A la fecha, el Pejidente ha pedido al muy sufrido y aguantador pueblo mexicano que se siga apretando los pantalones y viva en la “pobreza franciscana”, mientras sus hijos y colaboradores se dan vida de jeques árabes.
Pero si yo digo esto, muy probablemente me haré acreedor al odio de millones de personas adoctrinadas al gusto de la Cuarta Transtornación.
Por eso mejor no voy a escribir nada de eso el día de hoy.
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