Fosfo
He visto varias veces el video del gobernador “fosfo” de Nuevo León, Samuel García, y su lógica me parece impecable.
Él dice que la Comisión Nacional del Agua es la encargada de hacer llegar el líquido a las ciudades y que la Comisión Federal de Electricidad está a cargo de proporcionar la energía eléctrica.
Sí. Eso es estrictamente cierto.
Sin embargo, los aguerridos regiomontanos se le han ido a la yugular porque, como Poncio Pilatos, se lava las manos y no acepta ninguna responsabilidad sobre las crisis que viven actualmente los habitantes de la urbe norteña.
En todo caso, lo que sí le corresponde es sentarse con la CONAGUA y con la CFE para tratar de buscar una solución viable.
Unos meses atrás anduvo por Tamaulipas donde pidió al gobierno de esta entidad que permitiera llevar agua del río Pánuco hasta sus plantas tratadoras, bajo el argumento de que Monterrey tiene toda la lana del mundo y puede construir un acueducto de varios miles de kilómetros, sin despeinarse.
Pero la respuesta de los tamaulipecos fue negativa, y ahora el gobernador “fosfo” anda recorriendo el acueducto que lleva las aguas de la presa El Cuchillo hasta la zona metropolitana, en busca de tomas clandestinas.
Y por lo pronto, ya halló una en Los Ramones. Con el agua que se extrae del acueducto, un vivillo terrateniente llenó una represa que tiene líquido suficiente para alimentar a una población similar a la de Villa de García, con más de 150 mil habitantes.
Pero, ¿por qué el chistoso nombrecito de gobernador “fosfo”?
Pues resulta que el Samy, alias el “primer influencer de Nuevo León”, sacó un video en sus redes sociales presumiendo sus flamantes tenis de llamativo color fosforecente.
“¿Quieren ver mis tenis?-habría dicho. Están fosfo-fosfo”.
Y como la raza todo lo hacen memes, ahora ya se le quedó el moquete de “gobernador fosfo” para la posteridad.
Lo cierto es que a Samuel García le ha llovido sobre mojado. Se anotó algunos hits, como el haber derrotado en las urnas al PAN y al PRI, cobijado por las siglas del Partido Movimiento Ciudadano, a pesar de las triquiñuelas utilizadas por sus oponentes.
Luego metió a las rejas al “Bronco” Jaime Rodríguez.
Pero después se le vino el mundo encima cuando no supo manejar el tema de las mujeres desaparecidas, y particularmente, en el caso de Debanhi, la jovencita descarriada que fue hallada en una cisterna de un hotel de paso.
Y para colmo de males, ahora el asunto del “estrés hídrico” que castiga de manera inmisericorde a los millones de habitantes de la zona metropolitana.
A la fecha, los regios han ensayado mil y una maneras de optimizar el uso del agua, desde baños vaqueros hasta utilización de botellas plásticas de detergente para dosificar el líquido con el que lavan la ropa y los platos.
El gobernador “fosfo” aún no la libra, porque anda de un lado a otro sin saber qué hacer y presionado por la gente que necesita del agua para vivir.
Y aquí hago un paréntesis para hacer notar que solo la raza mahuacatera, la plebe, son los que están sufriendo las de Caín, porque se ha demostrado que los exclusivos clubes de golf hasta riegan cientos de hectáreas de verde pasto con aspersores y los hoteles tienen a tope las albercas con agua límpida y cristalina para sus clientes VIP.
Así que el Sami, el gobernador “fosfo”, tiene un doble discurso. Todo por el cochino dinero.
Vámonos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Gloria Trevi: “Calzado avejentado, cuán magnífica dupla”. (Zapatos viejos, qué hermoso par).
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