- Los Judas que operan en las dos alianzas tamaulipecas
- Carlos García González apoyara a Américo por debajo del agua
- Los traidores son por lo general exitosos; ahora entiendes la política
De una u otra manera, la mayoría hemos visto alguna que otra película o libro donde los mensajeros chivatos o los traidores son ejecutados después de haber consumado sus traiciones, a manos de aquellos mismos a quienes se habían vendido.
Judas Iscariote tal vez sea el más famoso de todos los traidores de la historia por delatar a Cristo con un beso (de ahí “el beso de Judas”) para señalarlo y que le apresaran los romanos a cambio de las famosas 30 monedas de plata.
La traición (política) decía Maquiavelo es el único acto de los hombres que no se justifica. Y agregaba: “los celos, la avidez, la crueldad, la envidia, el despotismo son explicables y hasta pueden ser perdonados, según las circunstancias; los traidores, en cambio, son los únicos seres que merecen siempre las torturas del infierno político, sin nada que pueda excusarlos”.
La traición política o la traición a la patria es sin duda un uno de los actos más despreciables, execrables, ruines y vergonzosos que un ser humano pueda cometer contra otro, contra un grupo político, contra un ejército, contra una nación incluso contra la humanidad entera si se diera el caso, todo depende del contexto en que sucedan los hechos.
Los tiempos de política son tiempos de traición, las alianzas que se formaron para ganar la gubernatura, están generando mucha traición, al grado que nadie quiere verse desfavorecido y están aliándose con las dos fuerzas ya que las encuestas no definen quien sería ganador.
Los que fueron de otros partidos y que se fueron a Morena están indecisos, otros lo hacen con traición autentica, otros por capricho, otros por coraje como dice la canción pero quienes están traicionado sabiendo que tuvieron la oportunidad y no la supieron aprovechar de plano no tienen nada que hacer.
Hace unos días se llevó a cabo una reunión en esta ciudad, CARLOS GARCIA GONZALEZ, el aún Secretario de Desarrollo Económico, se comprometió con AMERICO VILLARREAL porque se siente desplazado, le hubiera gustado que él o su esposa fueran los candidatos a gobernador, pero lo cierto es que su carisma no les dio para avanzar.
Así como el existen muchos personajes que han traicionado las estructuras, por dinero y lo mismo va a suceder en las próximas alianzas, ni AMERICO VILLARREAL, trae gente 100 por ciento de fiar, ni CESAR AUGUSTO VERASTEGUI puede confiar en que sus operadores darán el todo por él.
Que como le van a hacer para ganar, ese no es problema nuestro pero de que tienen que andan pian pianito, esto lo deben considerar, porque todos los que lo apoyan a uno y otro son gente que ha traicionado, o que alguien diga lo contrari0 ¡!!.
El excandidato a la alcaldía por el PAN y funcionario de la administración estatal, no le pasa que no lo hayan asignado como operador y si hayan nombrado a la exalcaldesa LETICIA SALAZAR para llevar a cabo estos operativos; igualmente no tolera que le hayan quitado el poder en la Junta de Aguas de Matamoros y todavía aun que ni se note su presencia después de las dos elecciones fallidas durante las pasadas elecciones.
Una muy buena forma de vengarse seria apoyando al candidato opositor y para tal efecto ya hizo el compromiso.
Su soberbia es tan infinita que no puede verse desplazado porque busca hacerse indispensable pero si no pudo con las dos veces campañas es porque algo no le funciona bien.
Los candidatos a gobernadores tendrán que ser muy cautelosos para saber quién les va a manejar su estructura electoral porque en manos de traidores, al final hasta hacen ganar a ARTURO DIEZ.
Hay actos de traición que a menudo los traicionados pagan un alto precio por dicha traición, incluso en muchas ocasiones pagan con su propia vida, que sin duda es el peor de los escenarios posibles.
Cuando un acto de traición se comete por parte de alguien que por su estatus social, político o militar de él depende toda una comunidad o una nación, las consecuencias pueden ser devastadoras, siendo que miles e incluso millones o decenas de millones de seres humanos pueden terminar pagando muy caro la vileza de este traidor, que por regla general suele hacerlo por esas metafóricas 30 monedas de plata, o por alcanzar un mejor estatus dentro de su ámbito social, una posición de más poder y control, o todas ellas juntas como muchas veces sucede.
Según cuenta la historia, Judas Iscariote cuando comprendió la traición que había cometido contra Cristo, quiso devolver las treinta monedas de plata a los sacerdotes y viendo que ya no había vuelta atrás, horrorizado por sus actos, corrió a quitarse la vida ahorcándose él mismo. Al menos Judas tuvo algo de honor a última hora para imponerse así mismo el peor de los castigos, escuchen bien su propia muerte.
Dicen que camino al senado Julio César fue avisado que la traición se avecinaba. Pero una característica del traicionado es que en el fondo es un gran incrédulo.
Siempre hay un intento de justificarla, a la traición, me refiero. A punto tal que una de las verdades no escritas del movimiento histórico de mayor vigencia en nuestra historia política señala “que el que avisa no traiciona”.
La traición es inclusiva. La ejercen por igual ellas y ellos. Los traidores son por lo general exitosos. En política nadie traiciona sino es para mejorar. Y eso generalmente supone asegurarse un cargo, habitualmente electivo y de los otros cuando se traiciona para incorporarse a una fuerza que es oficialista y tiene mucho para ofrecer. Y es comprensible.
La política no tiene estabilidad y el que quiere vivir de ella tiene que hacer algunos sacrificios, por ejemplo traicionar.
Las razones, poco fundadas, por las que el traidor traiciona, son infinitas, pero en el fondo, o en la superficie, siempre se reduce a ese afán de continuar. Tienen desarrollado el olfato como una forma de supervivencia. El traidor percibe, antes que nadie, el triunfo del antagonista de ayer que los va a cobijar por un nuevo período mañana. Son devotos del progreso, el propio, claro.
Desconocemos si los felones terminan horizontalizados en el diván de algún psicólogo. Imaginamos que no porque de ser así los consultorios no tendrían tantos turnos para atenderlos.
Al fin y al cabo la traición tiene que ver con la fidelidad. Y ambos no son atributos exclusivos de la política. Lo son de la vida. Sino pregúntese el lector por que se generan algunos divorcios?
Siempre hay alguien que detecta la inminente traición. Son como anticuerpos que se desarrollan en las fuerzas políticas. Generalmente expresadas en esa frase que cae como un mazazo por su desnuda veracidad: “…te dije, esta/este nos va a traicionar…” (Generalmente el verbo utilizado alude a una función intestinal.)
Cuando llega el aviso ya es tarde. Se ha consumado la traición.
Y lo que queda es velar las armas.
Si hay algo que la política también ofrece, es revancha. Es cuestión de paciencia. Se necesita tanta cantidad como traidores pululan en este mundo.
Sugerencias y comentarios arabelagarcia01@hotmail.com
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