20 de septiembre de 2024

Hipódromo Político/ Por Carlos G. Cortés García

¿QUE HEMOS APRENDIDO DE PROTECCIÓN CIVIL?

  • Este jueves 19 de septiembre se cumplieron 39 años de los sismos ocurridos una mañana de 1985, jueves también, que costó la vida a miles de mexicanos, así como pérdidas multimillonarias para el país.

(20-Septiembre-2024).- Hasta antes de 1985, los sismos ocurridos en la Ciudad de México eran anecdóticos: en 1957 se cayó el Angel de la Independencia, del Paseo de la Reforma, “porque no quiso volar”, dijo alguien. Y en 1976 se cayeron algunas aulas de la Universidad Iberoamericana, “por los derrum-ves”. Chistes iban y venían hasta que en 1985 un sismo de gran magnitud transformó los chistes en tragedias y las carcajadas en silencios. La capital de México y miles de familias resultaron afectadas, por mínimo que hubiera sido el daño, por este fenómeno destructivo.

39 años han pasado desde esa terrible mañana del 19 de septiembre de 1985, cuando a las 7:19, un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, terminó con la vida y el patrimonio de miles de mexicanos. En este episodio de la historia de México, el número de muertos nunca se conoció con exactitud y aunque la cifra oficial fue de 3,192, algunas organizaciones estimaron en 20.000 los fallecidos. Y también se habla de más fallecidos, pero muchos más.

El sismo de 1985 inició a las 07:17 horas, alcanzó su mayor magnitud de 8.1, estimándose que tuvo una duración de cuatro minutos, tiempo en que prácticamente destruyó gran parte de la zona centro de la Ciudad de México y de entidades costeras del Pacífico Mexicano, como Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas.

Por este sismo, las pérdidas materiales del terremoto de 1985 se calcularon en 400 millones de dólares, de aquella época, además de registrarse otros daños: más de 30 mil heridos, más de 150 mil damnificados, más de 30 mil viviendas destruidas, y más de 60 mil viviendas con afectaciones. El terremoto de 1985 fue uno de los más destructivos y mortíferos que se han registrado en la historia de la Ciudad de México y de nuestro país.

Las pérdidas económicas derivadas de este terremoto fueron de las más importantes en la historia económica del país. De acuerdo con estimaciones de la CEPAL y del Centro Nacional de Prevención de Desastres, representaron el 2.1% del PIB nacional y el 9.9% del PIB de la ciudad de México en ese año.

Y ese gran sismo sorprendió al Estado con los dedos entre la puerta, sin saber que y como hacerlo, y sin tener ubicados los recursos necesarios para atender de inmediato a una sociedad que demandaba y exigía respuesta inmediata ante la tragedia.

Hay que recordar que el terremoto afecto, principalmente, a los edificios públicos, a los edificios del sector social, hospitales y escuelas, y a las comunicaciones que estaban en manos del Estado; lo que evidencio la mala calidad de estas estructuras, producto de las “economías” realizadas en el gasto público, o por la corrupción.

Más de cuatrocientos edificios colapsaron por los terremotos de 1985, el primero, el 19 de septiembre por la mañana, y el segundo el 20 de septiembre por la noche y muchos más resintieron daños. Además, decenas de personas se vieron afectadas y tuvieron que pasar varios años para que la zona fuera reconstruida, aunque aún al día de hoy hay familias y grupos sociales que son, todavía, damnificados de los movimientos telúricos de 1985.

Aún así, desde el temblor de magnitud 8.1 que ocurrió en 1985, que dejó miles de muertos y daños a edificios, y que representaron un alto costo económico para el país, han ocurrido al menos seis sismos que han sacudido México en el mes de septiembre, por lo que la idea de que este mes es temporada de terremotos permanece, aunque lo cierto es que no hay ninguna evidencia científica de que esto sea así.

¿Hemos aprendido algo después de 1985? Sin duda. Desde entonces ha habido un gran esfuerzo del gobierno y de diversas organizaciones de la sociedad civil para concientizar y capacitar a las personas y a las familias sobre que hay que hacer antes, durante y después de un movimiento telúrico.

Y si, si hemos aprendido. Quizás no todo lo necesario, pero si hemos avanzado, y más en las zonas sísmicas de México. Lo más importante es que hemos aprendido a desarrollar la conciencia, lo que nos ha permitido avanzar en otros tipos de aprendizaje.

Ejercicios como el realizado este 19 de septiembre es una de las formas más eficaces de que la sociedad estemos listos y en conciencia de que, si no hacemos lo que nos han enseñado, nuestra vida está en riesgo.

Después de 1985, los alumnos de educación básica en la Ciudad de México aprendieron algo muy importante, y que estoy seguro les va a servir para toda su vida: durante un desalojo por la activación de la alerta sísmica, “No corro, no grito, no empujo”. Ese conocimiento básico es una gran filosofía de vida que les ayuda ante la ocurrencia de un sismo u otra calamidad que pudiera poner en riesgo su vida.

Reitero: ¿Hemos aprendido algo después de 1985? Sin duda. Somos una sociedad más preparada, más acertivos, pero sobre todo, que el haber vivido la dramática experiencia de 1985, nos ha obligado a vivir alerta, ante la ocurrencia de fenómenos destructivos. Baste ver la diferencia de muertos entre los sismos de 1985 y de 2017.

Pero algo que nunca vamos a dejar de lado, es la gran solidaridad del pueblo mexicano, solidaridad que nos ha permitido enfrentar con éxito situaciones difíciles que, juntos, hemos ayudado a quienes más lo necesitan.

PD. 1. El Diputado Local por Reynosa, Humberto Prieto Herrera, y virtual Presiudente de la Junta de Coordinación Política y líder de MORENA en el Congreso de Tamaulipas, anunció la mañana de este viernes en Reynosa, la presentación de su tercer y último Informe Legislativo, de la 65 Legislatura de Tamaulipas, el cual, para llegar a todos sus electores, y virtualmente a todos los tamaulipecos, será presentado en su página oficial de Facebook, el próximo martes 24 de septiembre a las 19:00 horas.

Hay que recordar que el Diputado Prieto Herrera consiguió la reelecciónn en la elección del pasado dos de junio, por lo que tendrá tres años más para garantizar un trabajo legislativo y de gestión profesional, lo que sumado a su experiencia como legislador federal y local, garantiza buenos, muy buenos resultados para los tamaulipecos.

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