25 de noviembre de 2024

Historias de mapacherías

Por Oscar Díaz Salazar

¿Que puede pasar (de malo) el día de la elección? Con la lógica de que puede volver a suceder, esto es, que puede pasar, porque ya pasó, en elecciones anteriores, les comparto algunas historias de lo que ha ocurrido en los días de elecciones, un recuento de las acciones que llevaron a cabo algunos actores que buscaban influir en el resultado de las elecciones y torcer la voluntad popular.

Porque no informan debidamente a los ciudadanos seleccionados para fungir como directivos en las casillas electorales o por la invitación a no presentarse, por parte de los «operadores» electorales de los partidos a quienes no favorecen las intenciones de voto, resulta que hay una gran ausencia de ciudadanos que deberían fungir como directivos de casillas, resultando con esto que las mesas receptoras de votos empiezan a funcionar después de mediodía, una vez transcurrida la mitad del tiempo que señala la ley, para el funcionamiento de Casillas.

A pandilleros, maleantes y miembros de la delincuencia organizada se les informa la identidad de los ciudadanos que son representantes generales de partido político y de quienes tienen la tarea de suministrar alimentos y gratificación a los representantes de partido, en las casillas electorales, con la indicación de seguirlos, amedrentarlos y robarlos, garantizando que no tendrán dificultades con la policía, y si se llegara a presentar alguna querella, será la víctima quien termine siendo acusada de delitos electorales.

Presencia excesiva de representantes de casilla, representantes generales, empleados del instituto electoral y «observadores», en los recintos donde se lleva a cabo la votación, que no permiten la secrecía del voto.

Incidentes violentos, entre los que se cuentan riñas, balaceras y persecuciones, a veces reales y espontáneas y a veces simuladas, para inhibir el voto de los ciudadanos, cuando los del partido dominante ya sacaron a sus simpatizantes a votar.

Sustitución de funcionarios de casilla sin acatar lo que señala la ley, compra de votos, retención de credenciales electorales, actos propagandísticos, intimidación, agresiones a opositores, a veces con la intención de favorecer a un partido, y a veces con el propósito de invalidar la elección, que consideran perdida.

Eso y muchas cosas más han sucedido en el pasado. Los líderes de los partidos y los miembros de los equipos de los candidatos, tendrán que ver la manera de evitar o contrarrestar estas practicas.