MC, partido invertebrado y candidato larvario
El partido Movimiento Ciudadano (MC) y su candidato a la gubernatura, Arturo Diez Gutiérrez, tienen un nada despreciable 8.7 por ciento en la intención del voto en Tamaulipas. Nada mal, para una organización política inexistente en la entidad, y para la irrelevante labor que han hecho los representantes populares electos a la sombra del movimiento naranja: regidores y diputados.
Y lo peor: con un candidato del perfil mas deplorable que un candidato al Ejecutivo estatal, que se haya registrado, muy probablemente en toda la historia política del estado.
(Alguien dirá: ¿Y Magdaleno Aguilar, que era un hombre de campo, con tintes de cuasi-analfabeta? Pues no: Aguilar, fue un impresionante líder de masas campesinas lo que le dio la posibilidad de la aceptación de Emilio Portes Gil quien lo convirtió en candidato y luego en gobernador).
Arturo, es un personaje de la picaresca política.
Es monosilábico para comunicarse en un cara a cara con la sociedad. Y sabe tanto de política y sus malabares, como los rusos de hacer tacos de cecina: nada.
Su slogan de campaña, es tan superficial y frívolo como él y su partido:
“Mataulipas…
¡Ni madres! Tamaulipas”.
Se ve complicado, procesar ese mensaje.
Lo que se infiere, luego de una intensa reflexión es que a Tamaulipas no se le debe asociar a la violencia y a lo peor que ese fenómeno genera.
Con un candidato de bisutería y un partido fantasma, ¿qué mantiene al MC y a Arturo a tener casi el 9 por ciento de simpatías electorales? (A decir verdad: es impresionante ante lo pobre de la oferta y lo indigente de su partido).
1.- El impresionante ascenso del MC en Nuevo León. Las fronteras entre Tamaulipas y el vecino estado, es muy permeable. Una parte destacada de la ciudadanía, sigue nutriendo su opinión política en los medios electrónicos e impresos nuevoleoneses. De igual forma, los mensajes de los youtubers, influencers, tictokers regiomontanos y demás fauna que pasta en la sabana de las redes sociales, poseen una ancha banda de seguidores en nuestro estado.
2.- El triunfo que convirtió a Samuel García en gobernador. Parte de la clase política tamaulipeca desplazada del PAN, MORENA y PRI, vio la oportunidad de crecer en opciones emergentes; y esa fue el MC, una organización política con pocos negativos en la comarca. Su líder moral en la región, es un ex panista: Gustavo Cárdenas; y el candidato a la gubernatura, es un priista que ocupó la alcaldía de ciudad Victoria, bajo los auspicios del tricolor.
3.- El sectarismo del PAN, MORENA y PRI, que estuvo imposibilitado para procesar diversos procesos internos que prohijaron rupturas y alejamientos de la militancia. La estructura emeceísta, ha estado nutriéndose de los escurrimientos azules, guindos y tricolores.
Con todo: ese nueve por ciento de clientela electoral, no se ve muy firme.
Falta el efecto del voto útil: lo votantes que apersonados en la urna, no votan por el partido de su preferencia, sino por candidato que le puede ganar al aspirante que no les gusta.
Por lo pronto: se ve un MC invertebrado y un candidato, en estado larvario…
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