27 de septiembre de 2024

OPTICA POLITICA/ Por Aliber López

(23-Abril-2023)

  • “Ayer 23 de abril, Dia Mundial del Libro”
  • “Somos de los países que menos leemos”
  • “La SEP no ha encontrado el mejor método para el fomento a la lectura”

Ayer se celebró el “Dia Mundial del Libro” en Barcelona, en México y muchas otras partes del mundo. La razón de esta celebración que data de 1995, fecha en la que la UNESCO (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), considerando las fechas en las que fallecieron los grandes escritores Miguel Cervantes de Saavedra, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, lo proclaman así. También en México existe otra fecha para celebrar el “Dia Nacional del Libro”; es el 12 de noviembre y se debe al natalicio de la llamada “Decima Musa”, Sor Juana Inés de la Cruz (1651), pota y defensora del derecho a la lectura.

La SEP (secretaria de Educación Pública) se ha destacado en varios momentos de su historia y de la historia de la educación y la cultura en nuestro país, por sus esfuerzos en favor de que se universalice el buen hábito de la lectura. Cuando apenas salíamos de la Revolución Mexicana, José Vasconcelos Calderón, tanto como Rector de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) como SIP (Secretario de Instrucción Pública) en tiempos del gobierno de Álvaro Obregón, realizó valiosos esfuerzos por fomentar la lectura editando y distribuyendo miles de libros y textos de divulgación científica.

Actualmente Paco Ignacio Taibo II, como director general del FCE (Fondo de Cultura Económica) desarrolla desde que fue nombrado en ese puesto, un esfuerzo aun mayor que el de aquellos tiempos del vasconcelismo de hace alrededor de 100 años, tratando de elevar el número de lectores en este país y los libros leídos “per cápita” que de acuerdo a datos del INEGI del año pasado son, 4.2 los hombres y 3.7 libros leídos por las mujeres; alrededor de 4 libros anuales de cada persona en edad de leer. Además de la edición de textos ligeros de no muchas páginas, a muy bajo costo (desde 8 hasta 20 pesos), se han editado cientos de miles de libros sobre historia y ciencias para regalar a personas y escuelas y se ha estado promoviendo la lectura y distribuyendo libros gratuitos en Plazas, escuelas y otros lugares públicos con el apoyo de escritores, maestros y otros intelectuales.

Sabemos que, aun con esos esfuerzos, somos pocos los lectores en este país. Si nos comparamos con otros países, ocupamos un “¿honroso?” penúltimo lugar en un universo de 108 países evaluados; argentinos, uruguayos, canadienses alemanes, franceses, ingleses y estadounidenses leen más libros por año que los mexicanos. Como que falta un esfuerzo más didáctico y efectivo para impulsar la lectura. Sabemos que quienes más leen, amplían su visión sobre el mundo que nos rodea y toda su problemática; adquieren mayor información que los menos asiduos a la lectura y por ende tienen mayor capacidad para conocer y resolver retos y situaciones diversas. El salto dialéctico quizás lo podamos dar si la SEP y la SET (secretaria de Educación en Tamaulipas), consideran que el fomento a la lectura es la más importante acción que propicia el mejoramiento de los procesos de aprendizaje en todos los estudiantes, desde prescolar hasta universidad. O quizás ya lo saben, pero no han encontrado el camino más correcto para impulsar tan importante hábito.