Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- La 65 Legislatura de Tamaulipas ya no representa a los ciudadanos ni atiende sus necesidades. Está dedicada a servir únicamente a los amos de las bancadas del PAN y de Morena, esto es, a Francisco García Cabeza de Vaca y a Andrés Manuel López Obrador.
Es justo agregar que la bancada del PRI también es un siervo del gobernador de estado. Hasta Félix “El Moyo” García Aguiar, líder de los panistas, les chasquea los dedos, y esto puede ser el colmo de la subordinación.
Horas de agonía y sudor frío vive en estos momentos Francisco García Cabeza de Vaca. Se acerca la sentencia de la Suprema Corte de Justicia para destrabar la controversia sobre su desafuero, y es de esperar que prevalezca la Carta Magna sobre la carta estatal, y el reynosense pierda el cargo. Sus terrores los ha trasladado al Congreso del Estado, donde sus diputados también hacen lances desesperados para protegerlo de la destitución y quizás hasta de la cárcel.
Es tan patética la entrega del Congreso Local a Cabeza de Vaca que uno se imagina al gobernador, desde otra oficina, dando órdenes por teléfono a la bancada del PAN para que acomoden las leyes a su conveniencia.
En cuanto salga la sentencia de la Suprema Corte se remitirá al Congreso Local para su cumplimiento. La sentencia es definitiva e inatacable.
Por si acaso el tribunal impusiera al sucesor del gobernador, apareció la diputada del PRI, Alejandra Cárdenas Castillejos, con una propuesta para modificar el artículo 148 de la Ley Interna del Congreso. Sorprende que ahora se interese en normas y procedimientos cuando había dicho que su objetivo principal eran los derechos de la mujer.
Con la modificación propuesta, los dictámenes de urgente resolución podrán dispensarse con las dos terceras partes de los diputados presentes y no con la mayoría del Congreso Local. Se aprobó con 20 votos a favor y una abstención de la diputada morenista “sin bancada” Nancy Ruiz.
Pero quien sorprendió a todos fue el Moyo García. El panista propuso un punto de acuerdo para que el Congreso Local no desista de las controversias constitucionales 50/2021 y 70/2021, y conmine a la Suprema Corte de Justicia a resolver de fondo este tema. De este proyecto, revertía el pasado punto de acuerdo, promovido por los morenistas, en el que se desistían.
Las bancadas del PAN y Morena chocaron; cada uno representaba a su patrón. Con astucia, la morenista Magaly Deandar se acercó a Imelda Sanmiguel, de Acción Nacional, y le quitó los documentos legislativos. Esto causó un zafarrancho y lanzó a los conservadores a perseguir a Deandar alrededor del recinto.
Después de una hora, de reclamos y forcejeos, le devolvieron sus papeles a Sanmiguel, y se pasó a votación. El resultado fue predecible: se aprobó con 18 votos a favor, 15 en contra y 2 abstenciones de la diputación de Morena.
La sequía, la escasez de agua, los incendios forestales, la inflación, el combate a la pobreza, el acceso a la salud, olvídese de esos temas cuando piense en la 65 Legislatura del Congreso de Tamaulipas. Ahí se discuten solo dos temas: la protección a Cabeza de Vaca, y los procesos judiciales que dirige el gobierno de López Obrador contra panistas.
La gresca de los diputados locales solo refuerza la idea que hemos expresado en Sentido Común desde hace varios meses: el ambiente está polarizado, se vive un odio torrencial entre panistas y morenistas y crece el riesgo de unas campañas violentas en el estado, con choques entres los mismo ciudadanos.
El autor de este escenario criminal no es otro que Francisco García Cabeza de Vaca. ¿Por qué? Porque recibió el mandato que conservar el orden y la paz, en su papel de gobernador, y se ha negado a cumplirlo. El primero de todos los derechos es el de vivir en paz, y Francisco hace lo posible para meter a la sociedad en su guerra personal. Ejemplo de eso fueron las marchas que organizó con burócratas y empleados de gobierno para rechazar su desafuero. Dijo que los tamaulipecos “no se van a dejar”, palabras inútiles porque los tamaulipecos no tienen problemas con la justicia, sino él.
Cabeza de Vaca quiere utilizar a los poderes del estado y a todos los ciudadanos como su escudo personal contra López Obrador.
A la bancada de Morena, por su parte, solo le interesan las elecciones, y en eso actúan igual que el Presidente; hablar de los problemas urgentes como la recesión, la inseguridad y la violencia contra las mujeres es “politiquería”. ¡No hay tema más importante que la revocación de mandato! En Morena nunca preguntan qué quiere la gente, sino qué quiere el Presidente.
Muchas de las iniciativas de López Obrador pueden ser buenas y hasta importantes, pero no son urgentes, no son de máxima preocupación para el trabajador o las familias. Sin embargo, para los morenistas, si lo dice el tabasqueño, sí lo son.
Las únicas víctimas de este enfrentamiento serán los tamaulipecos, y todavía les esperan las sorpresas de la campaña electoral. Extremen precauciones.
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