¿Un día después de ayer?
(2-Octubre-2024).- Muy temprano el ala habitacional de Palacio Nacional estaba habitada por una mujer, la primera presidente de México, dos siglos por primera vez una dama llega a la máxima magistratura del país, orgullosas estaría Elvia Carrillo Puerto, la mujer que emprendió la lucha para que las mujeres tuvieran derecho al voto popular allá en 1953, y también seguramente lo estaría Griselda Álvarez Ponce de León, la primera mujer gobernadora en 1979.
Pero 2014 años después se abre la caja de pandora, y se da la transición no de partido, si no de género, y ayer el estrado principal estaba ocupado por tres mujeres, Efigenia Martínez, como presidenta del congreso, Norma Piña, como ministra presidente de la Corte Suprema y Claudia Sheinbaum, primera mujer en llegar a ser presidente de México.
Vestida impolutamente de blanco, a su llegada al Palacio Legislativo, la ahora presidente de México Claudia Sheinbaum lucio un atuendo imparcial, se acabó el simbolismo guinda, y se dio paso a un sistema más plural, incluyente y hasta sueve en su parte discursiva.
El discurso solo sorprendió a los incautos, alusiones y una apología a su mentor Andrés Manuel, más claro quedo cuando los diputados y senadores morenistas, brincaban en sus curules como poseídos por los demonios transformadores y gritaban vivas y porras a la llegada del ex presidente, que vio como gobernadores y legisladores afines a él, se desvivían en elogios.
Para el presidente saliente ser amable no era su función, patán de principio a fin, ni por educación saludo a la presidenta de la Corte Suprema Norma Piña, si lo hizo la actual presidente Claudia, y con eso se rompieron las especulaciones del trato de uno y de otro, hacia el poder judicial.
En el discurso, primero en ya como presidente constitucional, Claudia Sheinbaum; elogio e hizo una apología de su mentor Andrés Manuel López Obrador, no queda claro aun si como espada clavada como parte final de su sexenio o como una reverencia a quien se le debe toda su carrera política.
Tenemos una nueva presidente, hoy ya en el salón de tesorería de Palacio Nacional, había más relajación de los medios presentes, la imagen neutral blanca y con adornos muy mexicanos, quedo atrás la guinda de guerra y de represalias, el blanco como símbolo de pureza y transparencia, esperemos los resultados, es muy temprano para ello, y el beneficio de la duda, estará siempre pensando en México.
La primera visita a las regiones del país se dará en Acapulco, a donde el ex presidente nunca quiso ir, ni cuando Otis, dejo en ruinas la ciudad, el puerto tiene más problemas y ahí estará la presidente el día de hoy, rompiendo de inicio con la visión de su antecesor.
El cambio de imagen es totalmente opuesto al del ex presidente, ahora falta ver los deslindes si es que los hay, sin embargo, no hay que olvidar que, en cada posición estratégica como el senado, la cámara de diputados, secretaria de gobernación, están los incondicionales de Andrés Manuel, y 23 gobernadores morenistas, que antes de eso, fueron a desfilar y a besar la mano de su apóstol; dejando claro a quien le deben la posición y la lealtad.
Claro quedo ayer a vista de todo México, a quien obedecen las lealtades de Diputados, senadores y gobernadores morenistas, y este será uno de los principales obstáculos que la actual presidente de México tendrá que resolver en su primer año de gobierno.
Para empezar la nueva inquilina de Palacio Nacional, tendrá que resolver el déficit del 6% del PIB, como recortar los apoyos sociales, ya no hay dinero que alcance, y 800 mil millones de pesos, será el equivalente de este recorte, que, sin duda, paralizará una parte importante de la economía del país.
La seguridad es otro tema pendiente, y de ese asunto se tendrán que encargar los nuevos secretarios de Marina y SEDENA, hay mucho por hacer, y el trabajo se deberá de notar rápido, para que se pueda consolidar un liderazgo con muchas expectativas para los mexicanos.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
En el cambio de poderes ayer en el palacio legislativo de San Lázaro, se vio en primera fila a una mujer tamaulipeca representante en el senado, acompaño en su llegada a la presidente Claudia Sheinbaum, al recinto legislativo, si lo adivino, Maki Ortiz, la ex alcaldesa de Reynosa, ahí en primera fila.
Claro que esto le trajo críticas, de que no había sido invitada a esta comisión y que se coló a este protocolo, pero como las reglas operativas de las cámaras son muy exigentes, nada de estas tribulaciones y mentiras son ciertas y podrán quitar el honor que la senadora tuvo al acompañar a la mujer que hizo historia al llegar a la posición más alta de la política nacional.
La ex alcaldesa de Reynosa sabe mover los hilos de la política nacional, quedo claro, muy claro, cuando en su participación en formula con Eugenio Hernández, este quedo fuera de toda posición y ella hoy ocupa un escaño en el senado de la república.
Claro que todo este crecimiento político, de ella y su hijo, como alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, les ha traído muchos enemigos políticos, en una guerra en su contra por varios flancos, en donde los principales adversarios son los mismos miembros del morenismo tamaulipeco.
chanorangel@live.com.mx
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