Patrañas
¿Quihúbole? ¿No que se iba a acabar el mundo el 6 de junio porque un meteorito venía derechito a nosotros?
¡Pamplinas!
A ver. Quiero ver qué dicen aquellos que aseguraban en las redes sociales que nos iba a cargar el payaso a todos y ya hasta estaban haciendo preparativos, comprando sus cajas de chescos, sus botellas de caguama, comida en lata y papel sanitario para 10 años.
En Estados Unidos, como están tan locos, ya tenían preparados sus búnkers subterráneos y algunas congregaciones religiosas ya se preparaban para el inminente apocalipsis.
Quiero verlos. Den la cara.
Quiero carcajiarme delante de ustedes.
¡Que! ¿Nadie?
¡Lo decían con tanta seguridad!: “El asteroide fulano viene derechito a nosotros!¡Es un asesino global!¡Se va a acabar el mundo este 6 de junio!” ¡Y hasta decían la hora, el minuto y el segundo en que iba a ocurrir la catástrofe mundial!
Moraleja: Una vez más, no hay que creerse todo lo que dicen en las redes sociales.
Tantas y tantas veces, tantas y tantas experiencias y la gente ignorante sigue cayendo en el mismo garlito.
Alguien me dirá: “Pero Pegaso, nos puede pasar lo mismo que a Pedrito y el Lobo”.
Para los que no se sepan el cuento, se trata de un niño pastor que cuidaba sus ovejas cerca de un bosque.
Un día, estaba muy aburrido y se le ocurrió la idea de gastarles una broma a los rústicos habitantes de la aldea, así que se puso sobre una gran roca y empezó a gritar: ¡Auxilio, auxilio, que viene el lobo!
Los aldeanos salieron en tropel, con cuchillos y guadañas en mano, y al verlos, Pedrito les dijo: ¡Ja, ja, jaaaaa! Los he engañado.
Y así lo hizo varias veces. Hasta que en una de esas se apareció el lobo de verdad. Como ya nadie le creyó, ¡pues el lobo se lo comió enterito con todo y ovejas!
Pero no. No nos va a pasar lo que a Pedrito y el Lobo. Hay toda una red de vigilancia mundial que nos permite tener monitoreados a los cuerpos celestes potencialmente peligrosos, llámense cometas o meteoritos.
Ese sistema de vigilancia puede dar aviso con suficientes anticipación, por ejemplo, si un meteorito de cien metros impactará en La Tierra y en qué lugar, a fin de que se pueda evacuar el área que será afectada.
Por fortuna, ese tipo de eventos es muy raro y la posibilidad de que una roca de ese tamaño impacte sobre una ciudad densamente poblada es mínima.
Así que no hay que alarmarse por ahora ni dejarse influenciar por las redes sociales, si la información que se maneja no viene de una fuente oficial.
También hay que saber distinguir entre realidad y fantasía. Quienes empezaron a difundir que el 6 de junio se acabaría el mundo se dejaron llevar por la película de Netflix “No mires hacia arriba”.
Tenemos la tendencia general de que lo que pasa en la pantalla se puede extrapolar a la realidad, pero no siempre es así. Si no, díganme: ¿Tenemos zombies deambulando por las calles y comiéndose el cerebro de la gente?¿Dónde están los aliens?¿Acaso el cambio climático está provocando gigantescos tsunamis, como en la película “2012”, que por cierto, tampoco fue el fin del mundo?
¡Noooooo!¿Verdad?
Entonces, hay que tomar lo que vemos en las películas, lo que nos dicen los videntes, las charlatanerías de Nostradamus y Maussán como lo que es: Una industria de entretenimiento.
Viene el refrán estilo Pegaso: “¡A ingerir y a succionar, que el planeta llegará a su fin!” (¡A comer y a chupar, que el mundo se va a acabar!)
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