Por Oscar Díaz Salazar
La semana pasada círculó, en grupos de WhatsApp y en redes sociales, un video del presidente municipal de Rio Bravo, Héctor Villegas, conocido como El Calabazo, en el que aparece el alcalde ríobravense cantando. La grabación fue realizada a corta distancia, muy probablemente por uno de los convidados a una mesa en la que departían personas, hombres y mujeres, que vestían prendas con el logo de la administración municipal.
Es importante mencionar que la escena parecía una típica sobremesa de compañeros de trabajo en la que NO se aprecian bebidas embriagantes. La difusión de esa grabación y algunos comentarios adjuntos al video, tenían el propósito de desacreditar al munícipe ríobravense, como si comer, cantar y contar chistes, fuera motivo de vergüenza o razón para el escarnio; y no prueba de la felicidad y capacidad para compartir con amigos y compañeros de trabajo, en un ambiente festivo.
Hoy se está compartiendo la grabación de una reunión – comida de varios políticos de morena, que conviven alegremente desde el balcón de un edificio ubicado frente al mar. En el video se aprecia a la diputada federal de Matamoros, Adriana Lozano, bailando sola desde la cabecera de la mesa, en torno a la cual también se observa al diputado Erasmo González. En algún momento la cámara enfoca a la senadora Guadalupe Covarrubias, contoneándose al ritmo de una canción alegre.
Los estudiosos de la comunicación que se han enfocado en los canales modernos de interacción, como las redes sociales, afirman que las expresiones de alegría y de éxito, generan malestar en quienes observan las señales y manifestaciones de felicidad en otras personas. Las fotografías y videos de los viajes, son los que provocan mayor malestar.
Supongo que esta información la tienen los «comunicadores» y asesores de medios del pan – gobierno, que -presumo- están detrás de la difusión de esos videos, en los que se muestra una faceta privada, alegre, triunfadora y envidiable, de algunos actores políticos de morena.
Desde mi perspectiva, desde mi convicción de que se debe procurar ser feliz y estar alegre, aún entre tantos motivos para la tristeza y otros sentimientos negativos, me parece que hacen bien los diputados, senadores, activistas y acompañantes en divertirse y ser felices. Lo que si les recomiendo es que sean más prudentes con los contenidos que comparten en las redes sociales, y sobre todo, que tengan cuidado con los que convocan a su mesa o con quienes contratan para auxiliarlos con las tareas domésticas y otros servicios, pues el espionaje y la invasión a la privacidad, es la marca de la casa vacuna.
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