• En el ciclo de conferencias Autosuficiencia alimentaria se abordó el tema de la elaboración y uso de bioinsumos como alternativa ante la carestía y escasez de fertilizantes químicos. Productores presentaron testimonios sobres experiencias agroecológicas exitosas en Oaxaca, Chiapas, Jalisco, Veracruz, Puebla, Estado de México y San Luis Potosí, y participaron también científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
• La coyuntura permite avanzar en la transición agroecológica, sostuvo el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Suárez Carrera, durante su intervención en el encuentro organizado por la dependencia federal.
Ciudad de México (31-Mayo-2022).- Productores, técnicos y científicos participantes en la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) del programa Producción para el Bienestar (PpB) responden al llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador para fortalecer la producción de alimentos básicos y enfrentar la emergencia global por encarecimiento de fertilizantes químicos y alimentos, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Suárez Carrera.
El funcionario encabezó la conferencia 36 del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, cuyo tema fue: “Producir para comer: Elaboración de bioinsumos en el marco del Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) y la Campaña Permanente de Producción para el Autoconsumo”.
Luego de escuchar experiencias de procesos agroecológicos de productores participantes en la EAT en Chiapas, Oaxaca, Jalisco, Estado de México, Veracruz, Puebla y San Luis Potosí, afirmó que estos testimonios son “muestra clara y científica de cómo los productores de diversas regiones están haciendo agroecología práctica, en la línea de cambiar hacia sistemas de producción más sustentables y saludables y con mejora en los ingresos de sus familias”.
Destacó que en las próximas semanas, la EAT de Producción para el Bienestar realizará 11 mil asambleas comunitarias a lo largo del territorio nacional para crear conciencia sobre la “crisis alimentaria e inflacionaria que nos llegó de fuera”.
Anunció además un proceso ya en marcha de cursos regionales y locales de capacitación para elaboración de bioinsumos.
Las asambleas y cursos, dijo, sirven para crear conciencia de que es necesario movilizar todas las fuerzas productivas y no dejar absolutamente nada de tierra, huertos o traspatios sin producir, y de que ante la carestía y escasez de fertilizantes –que se han encarecido más del doble desde el año pasado o ni siquiera hay existencia en el mercado—, los productores de pequeña, mediana y gran escala tienen una opción importante en los bioinsumos, muchos de los cuales pueden elaborarse con materiales disponibles en sus propias localidades: estiércol, paja de maíz, rocas y microorganismos, entre otros.
Este es el momento de avanzar con la transición agroecológica, con la autosuficiencia alimentaria. Sí se puede y es esencial que, en esta transición, el núcleo lo constituye el conocimiento de los campesinos, de los productores, que es muy grande, integrado con el conocimiento técnico y científico, tal como lo considera la filosofía de la EAT-PpB, dijo el subsecretario.
Aplaudió que los campesinos que avanzan en la agroecología –en la EAT— han logrado apropiarse de conocimientos, de conceptos científicos complejos y utilizar adecuadamente los instrumentos de medición de la condición de suelos y plantas, como son los que observan el pH, el nivel de compactación de los suelos y el potencial de óxido-reducción (ORP).
“Hay un surgimiento del poder campesino. Es un poder que los beneficia a ellos y sus familias, a la sociedad, al medio ambiente y al país. Les agradecemos mucho su trabajo y que nos compartan sus conocimientos”, sostuvo Suárez Carrera.
Un miembro del equipo central de operadores de la Estrategia de Acompañamiento Técnico, José Atahualpa Estrada, dio cuenta de la capacitación, elaboración, promoción y uso de bioinsumos que se realiza en la EAT.
Producción de bioinsumos en la EAT
Informó que en las 34 regiones donde opera la EAT, los productores participantes elaboran en el año actual 2021-2022 un total de 3.6 millones de litros de bioinsumos líquidos y se tiene una meta para el 2022-2023 de 16.2 millones.
En cuanto a bioinsumos sólidos, la producción del año actual es de 18 mil toneladas y se prevé alcanzar 25 mil el siguiente año, agregó.
Desde Sinaloa hasta la península de Yucatán, los resultados de la elaboración y uso de bioinsumos son positivos. En rendimientos se observa un mantenimiento o incremento de niveles en granos, caña y café, respecto de la producción con químicos. En costos de producción hay una reducción de costos por hectárea, detalló.
Hay productores que realizan la transición agroecológica de forma paulatina y, por lo tanto, registran una reducción en las inversiones destinadas a compra de agroquímicos, refirió Estrada Aguilar.
Los campesinos elaboran y utilizan microorganismos de montaña, compostas, lombricompostas, lixiviados, caldo ceniza, caldo bordelés, biol, bocashi, biol de bambú, biol de frutas, extracto de neem, trampas para plagas, caldo sulfocálcico, agua de vidrio, solución Steiner y otros bioinsumos, comentó.
Para todos estos bioinsumos la EAT ha puesto a disposición de los técnicos, becarios de Jóvenes Construyendo el Futuro y productores una serie de manuales y vídeos que describen de manera didáctica la forma de elaboración y usos, y esos materiales están disponibles para el público en general.
En la conferencia también expusieron la investigadora titular del Centro Nacional de Recursos Genéticos (CNRG) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Lorena Jacqueline Gómez Godínez, quien habló del estudio e importancia de microorganismos en los bioinsumos y en la agricultura, y el investigador titular del Campo Experimental de Uruapan, Michoacán, del propio Instituto, Fernando Bahena Juárez, quien ofreció una ponencia sobre el manejo agroecológico de plagas, en la que destacó la importancia de producir en policultivo, pues el monocultivo provoca desequilibrios en las poblaciones de insectos.
Testimonios de productores de regiones diversas
Los productores que expusieron sus experiencias exitosas con el uso de bioinsumos son: Conrado Alfonso Trujillo, de Chiapas, quien habló del trabajo que realizan en el campo, aprovechando 18 microorganismos específicos que tiene en una biofábrica para uso en su parcela.
Manifestó que incrementar la microbiología benéfica del suelo se refleja en una reducción de la incidencia de plagas y enfermedades, en una mejora de la condición nutrimental del suelo, en un incremento del porcentaje de materia orgánica en el suelo y en una reducción de costos de producción, entre otros.
El productor Danilo Romero Floreán, de Oaxaca habló de la pila de lixiviados que tiene en la Escuela de Campo de la EAT en su región, la cual inició con el uso de dos toneladas de estiércol y la producción de dos mil litros de lixiviados, y pronto pasó a 30 toneladas de estiércol con 22 mil 500 litros de lixiviado.
El productor mostró los aparatos de medición que utiliza en su predio y precisó que el trabajo de agroecología debe realizarse con base en conocimientos técnicos y científicos, que se combinan con el conocimiento campesino.
El productor Jorge Ornelas dio cifras para mostrar los resultados de sus prácticas agroecológicas. Señaló que en la Región 28, en Poncitlán, Jalisco, la Estrategia de Acompañamiento Técnico de Producción para el Bienestar inició en enero de 2020 y realizan una producción campesina de biomoléculas, que se convierte en lixiviado tipo “vacuna”, lo cual es la alternativa que tienen al uso de fertilizantes de síntesis química.
Comentó que en el ciclo de producción primavera/verano 2021 registró un rendimiento de 18 toneladas en su predio de tres cuartos de hectárea, gracias a un uso intensivo lixiviado tipo vacuna. Ello, añadió, fue superior a las 12 toneladas que obtuvo el año anterior con ese insumo pero en menor cantidad. Comentó que invirtió 14 mil 600 pesos, su producción logró venderla en 811.11 pesos por tonelada, lo que le dejó una utilidad de 53 mil 400 pesos.
En su reflexión final, expuso que: “se demostró que es posible producir sin el uso de fertilizantes químicos; se disminuyen costos y aumentan ganancias; se produce igual o incluso un poco más con agroecológicos, comparado con agroquímicos; se mejora el suelo con recursos locales y baja inversión económica; toda la familia puede participar en el proceso productivo sin peligro de envenenamiento o contaminación por pesticidas”.
En la conferencia se presentó un vídeo de la planta privada Humux, que produce humus de lombriz en cantidades industriales y con resultados positivos en las plantas. Estuvo a cargo del gerente de la planta, Jacobo Ugarte Esquivel. También hubo vídeos didácticos de elaboración de bioinsumos por parte de productores de la EAT de Veracruz, San Luis Potosí, Puebla y Estado de México.
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