24 de noviembre de 2024

De Primera…. La Dama de la Noticia/ Por Arabela García

  • LO QUE CALLARON LOS DIPUTADOS TAMULIPECOS
  • LO QUE COMPRA EL DINERO

El  poder político es la lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas que ocupan un cargo representativo dentro del gobierno. Generalmente, este influye en el comportamiento, ya sea en pensamiento o en el actuar de una sociedad.

La relación de los políticos con el dinero es ambigua. Sin embargo, el problema no es esta relación sino su lado oscuro: los recursos obtenidos de manera ilegal a través de múltiples vías.

Tamaulipas ha vivido una transición y un aprendizaje muy rápido en los últimos seis años desde que el  PRI perdió,  de una forma de gobernar a otra hubo cambios estructurales en la forma  de gastar el dinero y de políticas públicas.

Decirle a un ciudadano de un momento a otro que todo ha cambiado no es fácil, por esto vemos los cambios en las campañas donde sorprende la forma de como el electorado responde, pero no es más que un juego democrático para validar una verdad que no existe.

Durante los últimos meses la rebatinga en el Congreso ha generado muchas situaciones que han generado en el ámbito político una indecisión sobre el proceso electoral, tan malo el giro como el colorado, nadie convence a un electorado informado por las redes sociales, aunque en muchas ocasiones sean  verdaderas a medias pero que casi todo sale a la luz pública.

Lo que callaron los medios, por la razón que sea lo dicen las redes sociales,  los reporteros que creen que subir un evento ya es noticia, si se viriliza ya hasta se convierten en autores de la gran verdad.

Pero lo real es la manipulación que vienen haciendo los grupos de poder para hacer de las suyas y convertirse en los poderosos, así lo hacen todos los partidos del mundo, el punto es que los ciudadanos que somos los que mayor poder tenemos no lo hemos sabido utilizar.

El poder político compra mayoría en los Congresos, como es el caso de Tamaulipas donde  el poder compro más de cuatro diputados para poder operar el poder.

No solamente es para aprobar temas congrégales, sino para tener poder para manejar temas que van más allá con lo que tiene que ver en apoyo al pueblo.

Las diputadas de Morena que se salieron del paquete de Morena, no fue con el fin universal sino personal y ahora se nota más que nunca que el dinero compra todo.

Nancy Ruiz Martínez y Nayeli Lara Monro, así como Leticia Sánchez Guillermo y Lidia Martínez, le deben al pueblo tamaulipeco el voto, no al Congreso ni tampoco a los partidos que las están comprando.

Las diputadas Lidia Martínez y Leticia Sánchez Guillermo quienes lograron un lugar en el Congreso de Tamaulipas bajo la coalición Juntos Haremos Historia, renunciaron a sus partidos para sumarse al Partido Acción Nacional (PAN).

Como marcador de encuentro deportivo, el Partido Acción Nacional sumó dos diputadas más a su bancada por lo que ahora se integran con 14 representantes más dos nuevas en la última semana ya son 16 más los dos del PRI, y ocasionalmente el MC el  PAN  ha logrado tener mayoría y con ello el poder que tanto ambiciona el ser humano para dominar a otros pares.

Ni  ARMANDO ZERTUCHE ZUANI, era malo ni el MOYO que ahora preside el Congreso es mejor, todo tiene su peso en su momento y la circunstancia, pero en política es donde mayormente se requiere tener control.

La pérdida general de confianza y la sensación de que no es la sociedad, sino una minoría privilegiada, la que decide los asuntos públicos.

A pesar del aparente desapego de los políticos por el dinero, en la vida real no se puede hacer política sin dinero… ajeno. En efecto, sin recursos financieros no existirían los partidos o las agrupaciones políticas y los políticos no tendrían posibilidades de convertirse en opciones de poder a través de las vías electorales.

Para atender estas necesidades económicas, la democracia ha venido afinando en las últimas décadas una serie de mecanismos legales de captación, utilización de recursos y rendición de cuentas, pero para saltarse las leyes los mexicanos somos el número uno.

Sin embargo, en América Latina el grueso de los recursos que se destinan a la intermediación política se canaliza a través de un sinnúmero de instituciones informales que se utilizan con frecuencia para violar la legalidad.

Esto genera efectos devastadores para la democracia, al vaciar de sentido dos de sus principios fundamentales: el de la igualdad de oportunidades para todos los candidatos y el de la pluralidad de ideas y alternativas para los electores.

El efecto sobre los políticos también es grave cuando estos traicionan la confianza de sus votantes, convirtiéndose en «vividores de la política», como paradójicamente les llaman a todos esos chapulines que se brincaron a Morena en tanto supieron que ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, había ganado y hoy por hoy tenemos a estos diputados que renunciaron luego que el pueblo les diera el apoyo porque hay otros intereses $$$ mayores que los mueven y no tienen que ver con servir al pueblo  que les dio el voto.

Pero ¿qué es lo que está en el fondo de todo esto? El eterno problema de cómo controlar al poder, que con frecuencia considera que la misión superior de gobernar, la pervivencia de la democracia y la llamada «razón de Estado» están por encima de todo, incluso de la moral y de los controles.

Como si esto fuera poco, una característica particular de nuestro país y específicamente de Tamaulipas con todo lo que estamos viviendo hace aún más confusa la relación entre los políticos y el dinero: se trata de la marcada tendencia de algunos líderes a apropiarse del poder político, deformación que les hace creer y actuar como propietarios del Estado y de sus bienes, en lugar de conducirse como delegatarios enmarcados en la temporalidad del poder, que los obliga a cumplir con un mandato específico. Es allí donde nacen esas «indelicadezas financieras» que hacen que el relacionamiento entre los políticos y el dinero genere discordia popular, alimentando de razones la desafección ciudadana por la democracia y sus operadores.

A favor de esa ilegalidad actúan, además, la preocupante laxitud moral de algunos políticos, jueces y muchos ciudadanos ávidos de dineros fáciles, los costos cada vez más altos de las campañas electorales y el importante rol que desempeña el Estado en la actividad económica de muchos países. Todo esto ha agudizado la dependencia de los políticos con respecto al dinero de los donantes, y de los donantes respecto del dinero que manejan los políticos.

Sugerencias y comentarios arabelagarcia01@hotmail.com