Tlayudas
Para saber si es cierto, como dice el pejidente ALMO, que las tlayudas son el alimento más nutritivo, me aventé un chapuzón en Internet, apoyado de mi amigo Google, para saber qué son y en qué consisten esos maravillosos bocadillos, dignos de un rey o jeque árabe.
Como ya todo mundo sabe, las tlayudas se pusieron de moda a raíz de la inauguración del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde los periodistas nacionales y corresponsales extranjeros fueron testigos de la vendimia que tenía una “maría” en pleno pasillo VIP.
Lo chistoso es que en la fila para comprar esos deliciosos antojitos estaban desde diputados, directores y subsecretarios, hasta senadores y líderes sindicales.
Pero vayamos a la definición: Según la Wikipedia, la tlayuda, también conocida como clayuda es una tortilla de maíz típica del Estado de Oaxaca. Suele tener un diámetro de 30 centímetros. Se dora sobre un comal, lo que le brinda mayor dureza que una tortilla convencional, con una consistencia quebradiza y correosa. Debido a su espesor y tipo de cocido, se garantiza su conservación en buen estado durante largos períodos de tiempo.
La tlayuda clásica es untada con manteca de puerco, se le agrega quesillo o queso Oaxaca, lechuga, tasajo asado o cecina de res y salsa picante hecha con molcajete. Se coloca sobre un anafre a que se tueste y quede crujiente.
Hay muchas variantes, en las cuales se les agrega frijolitos refritos, con lechuguita picada, chicharroncito de puerco, aguacatito y su tomatito. (¿Han notado mis dos o tres lectores que los mexicanos todo lo decimos con diminutivos cuando hablamos de comida?)
La palabra tlayuda viene del náhuatl tlao-li y significa maíz desgranado.
Es un platillo típico del centro y sur del país.
En la capirucha, donde comen de todo, incluyendo tamales dentro de un bolillo, compiten con otras riquísimas viandas, como los sopes, las memelas, los tlacoyos, las quesadillas, los pachucos, las gorditas, las flautas, los guaraches y los tacos de todo tipo.
Adentrarnos en la rica gastronomía mexicana es imbuirnos de las tradiciones milenarias de un pueblo cuyo principal alimento es el maíz.
Con el maíz se hacen las tortillas. Tortillas que sirven al mismo tiempo como plato, cuchara y comida.
En una tortilla se puede envolver de todo, desde guisados caseros hasta los más refinados platillos gourmet, y a eso se le llama taco, que es a su vez pariente de la tlayuda.
Para quien quiera entrarle a la cocina, en Internet encontré una receta para hacer unas tlayudas como Dios manda:
Se necesita una taza de frijol negro refreido, un cuarto de taza de manteca de cerdo, una taza de repollo o lechuga, 250 gramos de queso Oaxaca, dos jitomates, dos chiles verdes, algo de fiambre, un aguacate, un rábano y dos tortillas de maíz.
Preparación: Se calientan las tortillas de maíz en un comal o sartén. Se unta la manteca de cerdo y después los frijoles refreidos. Se adiciona la carne al gusto, se espolvorea encima la lechuga cortada en julianas y después se hace lo mismo con el queso Oaxaca. Se corta el jitomate, el chile verde, el aguacate y el rábano en cubos pequeños y se agregan a la tlayuda.
Todo el conjunto se coloca en un anafre hasta que tenga una consistencia fibrosa, y ¡a disfrutar!
¡Boccato di cardinale!
Viene el refrán estilo Pegaso: “En caso de ser de grano de triticum pulverizado, ni siquiera me las proporciones con elevada temperatura”. (Si son de harina, ni me las calientes).
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